El viernes 25 nos hemos unido a la oración convocada por el Papa Francisco en el acto de consagración a María de toda la humanidad, y especialmente de Rusia y Ucrania, pidiendo por la paz y la unidad del mundo entero.
En estos días, nuestro centro ha acogido a niños ucranianos, como siempre lo hacemos, con amor y comprensión.
Hoy nuestra iglesia repleta de niños de todas las nacionalidades, entre ellas rusa y ucraniana se ha convertido en símbolo de amor y paz.